Tengo tanto que contarte

Si, ha pasado mucho tiempo, dejé el blog colgado hace más de dos meses, lo se…

Esta entrada comencé a escribirla el 4 de febrero, coincidiendo con el Día contra el cáncer, había escogido esta preciosa canción, pero se quedó inconclusa. Hoy la retomo para hacer un homenaje a una gran mujer, a una persona que me acogió en su casa, que me ha cuidado y preocupado por mi como una madre durante los últimos tres años. María se marchó el día 10, se fue apagando poco a poco, casi sin hacer ruido. Su salud no era maravillosa, a sus 81 años «tenía de todo», pero hasta ahora lo había superado, era una luchadora.

Hace casi tres años y medio, de la manera mas absurda, visitando Medina Azahara, me fracturé el peroné. Tras operarme, mi pareja decidió llevarme a casa de sus padres, entendimos que era el mejor lugar para estar cuidada y acompañada durante la convalecencia, porque él pasa la mitad de la semana trabajando fuera de Almería. Antonio, el padre, estaba enfermo, un tumor en la cabeza que no podía tratarse le fue privando de movilidad en las piernas y deteriorando su salud en general, finalmente falleció a finales de noviembre. María y yo nos quedamos solas, ella preocupada por mi, cuidándome en mi recuperación y pendiente de sus hijos y sobre todo de sus nietos. Con el paso de los meses, volví a andar y a recuperar la autonomía, momento en el que Juan Antonio y yo dijimos de regresar a casa, pero ella preguntó ¿Que vas a hacer tu sola y yo sola, no estaremos las dos mejor haciéndonos compañía?, ante ese razonamiento no hubo otra respuesta que quedarse.

Hemos compartido anécdotas, historias de su juventud, me contaba cómo Antonio la rondaba cuando era «mozuela» y acompañaba a su padre al campo o cómo fueron sus comienzos en la tienda que montaron en Almería, cuando la construcción del pantano de Beninar obligó a los habitantes de Lucainena de la Alpujarra a abandonar el pueblo. Es de esa generación de mujeres que han recogido aceituna, uvas, esparto, almendras… que han cosido su ropa y bordado su ajuar, que han aprendido a hacer encaje de bolillo y a trenzar ristras de ajos. Esas mujeres que pasaban días sin saber de su marido, porque en su juventud fue arriero y siguió dedicándose al transporte y venta de mercancía entre la Alpujarra y el Marquesado, primero con las mulas, después con un motocarro y mas tarde con una «Citroen». Mujeres que daban a luz en su casa y guardaban una semana de reposo, mientras las vecinas le traían caldo de gallina para recuperarse. Una mujer fuerte, decidida, gran madre y mejor abuela, sensata, sensible, generosa, de las que se sirve la comida en último lugar, para que no le falte a nadie (salvo a ella si es necesario)

María me llamaba preocupada si empezaba el telediario de las nueve y no había vuelto a casa. Refunfuñaba porque llegaba a comer a las cuatro «No trabajes tanto» decía, pero me esperaba para comer. Salir a andar en las tardes de invierno era un rosario de recomendaciones: «Ve por donde haya gente», «No vayas muy lejos», «Abrígate, vas muy fresca». Todo lo que una madre diría a su hija…

María, te echamos muchísimo de menos, tengo tanto que contarte…

4 comentarios sobre “Tengo tanto que contarte

  1. Una gran mujer, de la cabeza a los piés, una gran Familia que te ha acogido como una mas, a la que estamos mil agradecidos por lo bien que han cuidao de ti en tu convalecencia cuando te rompiste los dos piés. Se que has sido una hija para Ella y que te duele su pérdida, pero debes estar agradecida por haber tenido esa Mami extra todo ese tiempo, hermanita, las grandes personas se rodean de buena gente y ahora toca seguir el ejemplo y seguir luchando, muchos besicos y !que pronto podamos tocar la campanita! Te quiero, llamame algún dia jajajjaja

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  2. Me parecía extraña una ausencia de dos meses de noticias tuyas, pero imagine, que estabas volcada en tu recuperación y sobre todo, aprovechando las fiestas de Navidad y Reyes que imagino, habrá venido Nieves y familia para estar todos los hermanos juntos, en fin lo que se hace en esos días.
    No conozco ni a tu pareja ni a su familia pero me alegra que hayas encontrado un apoyo extra y mucho cariño, todos lo necesitamos y más en épocas de recuperación. Según hablas de esta mujer se nota que era una magnífica persona, siento la pérdida y os mando un fuerte abrazo a los dos.

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